Las señoras que educaban a
las niñas recibían el nombre de amigas, su tarea era enseñar catecismo y buenos
modales, esta enseñanza que brindaban la amigas era de gran ayuda a las madres
para mantener ocupados útilmente a sus hijos de ambos sexos por unas cuantas
horas. A las amigas no se les exigía preparación profesional porque su labor no
se consideraba una profesión. Las amigas no tenían la necesidad de acreditación
de sus conocimientos, recibían su licencia enviando una solicitud al ayuntamiento
de la capital, solían recibir a varones de 3 a 7 años y a niñas de 3 a 12 años,
cubrían la función que actualmente realizan los jardines de niños. Tenían
prohibido recibir a muchachos para enseñarlos a leer, al no ser incumplida la
ordenanza se les cobraba una multa de 20 pesos el castigo y el cierre del
establecimiento.
En 1735 la migas enviaron
una solicitud de ampliar reformas a las ordenanzas e incluyeron en ellas nuevas
normas para que se autorizaran a las migas educar a niños menores de 5 años mismo
beneficio también incluía la recomendación de que se les aplicara un examen y
estas debían de pasarlo. Los maestros agremiados comentaban los prejuicios que
les acarraban principalmente en el aspecto económico, y así mismos también los
beneficios ya que las amigas ayudarían a que los niños adoptaran buenas
costumbres y modales. Pedían que se autorizasen la asistencia de varones a las
migas, pero eran los primeros en imaginar amenazas en virtud a los pequeños,
quienes entre los 3 y los 5 años podrían sufrir graves tentaciones contra la
castidad ante la perturbadora presencia de sus compañeritas del sexo opuesto.
Tomando en cuenta estos peligros recomendaban que las clases se dieran en
salones separados, al salir al baño salieran de uno en uno y que no se desnudara
a nadie para darle los habituales azotes que se daban como castigo.
La respuesta del
ayuntamiento fue contraria a tales innovaciones y también al examen de amigas
que se recomendaba. La instrucción de las mujeres no era problema y todos conocían las deficiencias de formación
de maestras. Tampoco se considero que las amigas mantuvieran distancia entre
una y otra. Lo que si se tomo muy en cuenta era la protección de las desvalidas
que solo se mantenían de lo que recibían por la educación que les brindaban a
unos cuantos niños.
En 1736 la cofradía de
Aránzazu establece un colegio femenino libre de intromisiones del clero, la
Compañía de María también estuvo dedicada a la educación femenina; entre ambas
instituciones llegaron a abrir amigas públicas y gratuitas, esto fue en la
segunda mitad del siglo XVIII.
Las niñas duraban largas
sesiones de silencio y costura, amenizadas con algún pescozón, pinchado de
aguja o golpe de dedal, y alternadas con
el monótono canturreo del catecismo.
Lo castigos en las escuelas
amigas eran: azotes con la palmeta, picar a las niñas con las agujas del
tejido, lastimarlas con el dedal y cuando no hacían bien alguna labor se les
ataba a una silla y las mantenían
sentadas durante siete horas.
En 1779 había alrededor de
3000 niñas en las escuelas amigas de la capital de la Nueva España.
Sin duda alguna se pudo
notar como aparecieron diversas instituciones que tuvieron gran importancia
pues con el establecimiento de cada una de ellas se fueron instruyendo muchos
de nuestros antecesores mexicanos quienes muchos de ellos destacan por su
participación en la sociedad.
hola! oie me podras pasar la bibliografia de esta informacion, te lo agradeceria mcuho
ResponderEliminarhttp://educacionylahistoria.blogspot.mx/2012/08/conclusion-del-tema.html
Eliminarmira aqui tienes las referencias de donde obtube la informacion, sale espero te sirva.
Gonzalbo Aizpuru, Pilar (1935), “La Escuela de Primeras letras” en Historia de la educación en la época colonial: La educación de los criollos y la vida urbana, México; El colegio de México, Centro de estudios Históricos, 1990. 395p. (Serie histórica de la educación), pp. 25-41.
OBTUVE se escribe con V. Gracias
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